13 de octubre de 2008

¿Reforma o Contrarreforma Católica?

Los conceptos historiográficos de reforma católica (r. c.) y de contrarreforma (co.) fueron originariamente concebidos para expresar dos interpretaciones diversas del movimiento de reforma y reorganización de la Iglesia católica, que tuvo lugar en los siglos XVI y XVII, y de que el concilio de Trento fue a la vez causa y efecto. El concepto de co. fue el primero en acuñarse a fines del s. XVIII por obra de la historiografía de la ilustración alemana, haciéndose de uso general en la segunda mitad del siglo XIX con la influencia de Ranke*. Con este concepto se quería presentar la renovación del catolicismo como un movimiento de mera reacción a la reforma protestante, aunque inserto en raíces anteriores. Según este modo de ver, la Iglesia católica se habría renovado por la restauración de sus estructuras medievales y no por un retorno al espíritu evangélico, y ello porque su renovación estaba dictada por la necesidad de responder a la reforma protestante; así esa renovación habría sido una «contrarreforma», que echaba ampliamente mano de medios represivos.
A este punto de vista polémico se contrapuso a fines del s. XIX, sobre todo por parte de los estudiosos católicos, una interpretación apologética, que acentuaba la vitalidad de la Iglesia aun antes de la aparición de Lutero, y veía en el movimiento de renovación de los siglos XVI y XVII la prosecución y el coronamiento de las tentativas de reforma de fines de la edad media. De ahí que el concepto de co. pareciera inadecuado, y se prefiriera el de r. c., que fue adoptado en 1880 por el erudito Maurenbrecher*. Según el historiador de los papas, la r. c. debía considerarse como un movimiento original y autónomo, que el protestantismo sólo pudo acelerar, pero no determinar, pues se habría afirmado y desarrollado sin necesidad de reaccionar contra la escisión religiosa. Para la obra de represión antiprotestante y de reconquista de lo perdido, se adoptó el término de restauración católica, rechazando el de contrarreforma.
Mas r. c. y co. no deben considerarse como dos realidades distintas, pues en la creación conjunta del desarrollo histórico aparecen estrechamente entrelazadas. Para Jedin* la renovación del catolicismo en los siglos XVI y XVII es resultante de dos componentes: la corriente reformadora, que brota de abajo, conquista al papado e influye sobre el concilio de Trento, el cual da forma legal a la nueva vida de la Iglesia; y la lucha contra el protestantismo, representada no sólo por la inquisición y el apoyo del brazo secular, sino también por la controversia teológica y por la acción de los jesuitas y capuchinos. Jedin designa el primer componente con el nombre de r. c., y el segundo con el de contrarreforma.
*Leopold von Ranke: historiador alemán considerado el padre de la historia “científica”.
*Jedin: historiador de la Iglesia católica más importante del siglo XX.
*Maurenbrecher: historiador alemán.
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http://www.mercaba.org/Mundi/5/reforma_catolica_y_contrarreform.htm

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